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lunes, mayo 29, 2006

¡Qué envidia del sentido común!

Tomado de HoyOnline.com.ec, Ecuador

En la ilustración de la pasada semana para el Análisis de HOY sobre la intervención del ex presidente de Chile Ricardo Lagos en Quito, Asdrúbal resumió muy bien la primera expresión espontánea del público al escucharlo: “¡Qué envidia!”. Produce sana envida oír a un político despojado de la retórica populista de la que echan mano casi todos los políticos ecuatorianos y que jugará otra vez en cancha propia durante la campaña electoral.

Lo que expuso el ex presidente chileno ayuda también a valorar algo poco común en la vida pública nacional: el sentido común.

Las siete claves de la experiencia exitosa en Chile a las que se refirió Lagos no son fórmulas excepcionales, sino sanos principios de sentido común; no expuso teorías complejísimas, sino experiencias concretas. Lagos destacó la importancia esencial de conseguir una amplia concertación política y social; sin ella hubiera sido imposible la estabilidad de las políticas públicas de los diversos gobiernos en más de 16 años.

Una de las debilidades mayores de la gobernabilidad es la falta de perspectivas de mediano y largo plazo. Para el Ecuador esto suena extraordinario; y lo es, si en la última década los mandatarios solo han permanecido en promedio alrededor de dos años en la Presidencia y cada uno llega con las ínfulas demagógicas de “refundar” el país. Igual historia se repite con ministros, subsecretarios, asesores y toda la cambiante fauna de colaboradores de los gobiernos.

Solo con políticas económicas persistentes es posible el crecimiento económico. Chile se abrió al libre mercado y afronta así la globalización. Lagos no puso el grito en el cielo por la “acusación” de haber sido un buen alumno del Consenso de Washington, anatema para cierta izquierda.

El ex presidente aclaró que había cumplido también otras tareas no prescritas por los organismos multilaterales: las políticas sociales a favor de los sectores más necesitados. Para aplicar políticas sociales se necesita crecer, y para ello las economías pequeñas requieren de mercados más grandes. A pesar de la satanización de los organismos multilaterales, las recomendaciones que hacen sus técnicos son de sentido común: ¿no lo es el equilibrio fiscal, es decir, no gastar más de lo que se tiene, o los superávit primarios, es decir, ahorrar en los momentos de vacas gordas para afrontar los días de crisis?

La experiencia con el cobre en Chile es aleccionadora de cómo administrar los recursos extraordinarios por favorables condiciones del mercado internacional. Lagos adoptó para el cobre una política diametralmente opuesta a la que aplicaron el presidente Palacio, su ex ministro Correa y el Congreso con los ahorros petroleros. Chile mantuvo un precio referencial bajo en el cálculo presupuestario, a pesar de los altos precios, para contar con un fondo de ahorro que permitiera mantener la estabilidad en las etapas contracíclicas de la economía. Como dijo con gran sentido práctico Lagos, el manejo de la economía no es de izquierda ni de derecha, sino de sentido común.

Este, por desgracia, tampoco es un atributo del Gobierno ni de la mayoría de los políticos y dirigentes del país.

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.