Artículos Destacados

sábado, enero 21, 2006

Con el referente económico equivocado

Tomado de diario Correo, Lima - Perú

Estos últimos días hemos escuchado voces que nos plantean el retorno al pasado económico como salida a los problemas que hoy padecemos en el país: revisión de contratos con las privatizadas, más tasa impositiva a las multinacionales, empresas estatales en los sectores donde se manejan recursos naturales e impuestos a los servicios que consideran suntuarios: telefonía móvil y televisión por cable. Es más, el discurso se respalda en que Argentina ha lanzado una corporación estatal energética, Enarsa; que Bolivia nacionaliza sus hidrocarburos y el caso venezolano ni mencionarlo, porque es la luz guía de este pensar redentor de los oprimidos. Inclusive les puedo dar una ayuda recordándoles que en México el partido favorito en las encuestas, el PRD, está de acuerdo en impedir que los privados sean inversionistas en el sector hidrocarburos.

Empecemos mirando a los aztecas. Su estatal del petróleo Pemex está altamente endeudada, con cerca de 80,000 millones de dólares de pasivos, y grandes necesidades de inversión ante una producción petrolera que empieza a tomar la curva declinante, mientras que en gas ya están importando cerca de 1,000 millones de pies cúbicos por día, pruebas más que evidentes de que no son un buen ejemplo a imitar.

El que Argentina y Bolivia tomen el rumbo del Estado empresario respaldados por la chequera de las cuentas venezolanas no es el norte apropiado, pues durará hasta que el alto precio del petróleo lo permita; la administración Chávez no ha sido capaz de diversificar sus ingresos.

Padecemos de amnesia prematura. Hace 15 años, las empresas públicas colapsaron en Latinoamérica, pues no tenían los recursos para invertir en incrementar la oferta de sus productos y el concepto de la universalización del servicio era una utopía. La participación de los privados superó largamente esta carencia; nadie podrá negar que la cobertura creciera de manera exponencial y que la utilización de equipos de tecnología de punta se produjese a la par con los países desarrollados. Fallaron puntos como la formación de precios o la supervisión de la libre competencia, o que funcionarios laxos no exigieron enmiendas cuando se debía; temas completamente susceptibles de ser mejorados.

Chile gobernado por la centroizquierda es un buen ejemplo: la relación privados-Estado ha funcionado con bienestar ciudadano. Durante la administración Lagos han tenido un ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, que supo ajustar sin ahorcar, y el equilibrio entre las expectativas de ganancia de los inversionistas y el bienestar público ha marchado. Y por si acaso, el manejo de sus empresas públicas del cobre y petróleo, Codelco y Enap, dada la gran madurez de la clase política chilena, ha podido exhibir buenas cifras, sin embargo no han estado exentas de escándalos en el manejo y la discusión sobre la participación privada en ellas aún no es caso cerrado.

La modernidad marcha por un carril que no es el promocionado estos días; el tema es saber elegir el referente apropiado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.